miércoles, 25 de mayo de 2011

Cuando las cosas se tuercen... Se tuercen.

Bueno, ya comprado el vuelo y habiendo hablado con la residencia, es definitivo:
Me voy a Londres.

En principio voy todo el verano, y según qué trabajo encuentre, me volveré en septiembre o me quedaré hasta que decidan echarme de Londres porque ya no me aguanten.

Ahora bien, dicho esto… Por qué hay veces que todo se pone en contra, a ver.

Me explico:

Lunes
10:58AM - Me he retrasado unos minutos y el autobús acaba de pasar, cuando nunca pasa a su hora (10:55AM) y tengo que esperar una hora para el siguiente.
11:50AM - Pillo el bus y hay atasco. Tardo como 10 minutos más de lo normal en llegar al centro.
12:15 PM Aprox. - Voy a la oficina de Correos y me dicen que Gran Bretaña ha dejado de aceptar giros postales hará unos días y que no puedo mandar el giro para la reserva de la residencia.
12:40PM - Voy a una agencia privada de envíos (cuyo nombre no diré pero que todo el mundo conoce) y me dicen que sí, que me lo envían pero que me hace falta tener nombre y apellidos del destinatario, cosa que no tengo porque es una orden religiosa la “dueña” de la residencia, no una persona en concreto.
12:50PM - Como no tengo ningún número de cuenta para poder hacer una transferencia en vez de un giro, me doy media vuelta y me dedico al siguiente punto de mi lista.
1:00PM - Voy al ministerio de trabajo e inmigración a preguntar por la Tarjeta sanitaria Europea, y cuando llego me encuentro con que tengo que hacer papeleo porque:
            - Al haber trabajado el sábado y haberme dado de alta para las 3 horas que trabajé, dejo de estar en la cartilla sanitaria de mis padres para pasar a depender de mi misma. El problema está en que como me dan de alta por tres horas, ahora estoy dada de baja y no tengo Seguridad Social que me cubra, y, por tanto, tengo que solicitar por escrito el alta en la cartilla de mis padres.
            - Como no estoy dada de alta en la Seguridad Social, no puedo solicitar la tarjeta sanitaria esa, así que me vuelvo con las mismas y con tres papeles en la mano para llevar al día siguiente rellenados.
1:30PM - Entro en el banco para preguntar cuánto tiempo tardarían en hacerme el cambio de unos cuantos euros a libras para poder llevar dinero en mano por si las moscas. Además, necesito aumentar el límite de las transferencias online por si me hiciera falta. Lo primero me lo solucionan (en tres o cuatro días y con una comisión de 6€ independientemente de la cantidad, por si a alguien le interesa). La segunda cuestión la tengo que solucionar en la oficina en la que abrí la cuenta, que está a unos 15 minutos en autobús además del tiempo de espera.

Mientras espero al autobús, llamo a mi jefe para decirle que me voy el día 8, que ya tengo el vuelo y que a ver cuándo me paga (no cobro aún desde marzo… Al menos Enero y Febrero los cobré allá por abril). Me dice que si, que vale, que a final de mes liquidamos, que no me preocupe… Con lo fantasma que es este tío apuesto a que por lo menos lo tengo que llamar 3 veces más. Por su voz parece que lo acabo de despertar (son la 1 y pico de la tarde…) Que se joda.

En el banco me aumentan el límite sin problemas, algo en condiciones en lo que va de mañana!

3:40PM - Tengo cita con el médico para que me haga un certificado de buena salud y me recete varias cajas de las pastillas para una alergia que supuestamente no tengo (pero eso ya es otra historia). Cuando llego no está mi médico de cabecera y me atiende un tío que me receta las pastillas y me dice que el certificao no me lo puede hacer, que pida cita para otro día y que me lo haga MI médico. Así que nada, a pedir otra cita. (Que bien funciona la Seguridad Social aquí ennnn??? De lujo, vamos! Y lo digo porque no es la primera vez que… En fin, eso para otro día)


Martes
10:03AM - Esta vez si pillo el bus (ahora sí llega tarde, como siempre) y me voy del tirón a lo de la tarjeta sanitaria.
10:30AM - Llevo un rato esperando en cola
10:40AM - Sigo en la cola
10:50AM - ¿A mi? ¿Yo? ¿Sí? ¿De verdad? Ah! No! Que ahora me dan un número para que me atiendan en una mesa…
11:00AM - Esperando
11:10AM - ¡Ahora sí que sí! ¡Un paso más cerca de Londres! ¡Allá vamos!
11:15AM - La pregunta del millón:
- ¿Tú crees que te llamarán para trabajar de aquí a que te vallas?
- Bueno, el viernes hay un concierto, así que supongo que sí, que me llamarán.
- Pues entonces todo este papeleo no te va a servir para nada, mejor pásate el lunes cuando ya te hayan dado de baja. (Os podréis imaginar mi cara)
A esto que respondo:
- Es igual, le digo a mi jefe que el viernes no puedo y ya está, total para que después no me pague...
Si antes os imaginasteis mi cara, ahora podréis imaginar la cara de una funcionaria que trabaja en el ministerio de TRABAJO e Inmigración.
- ¿Que no te paga dices?
- Sí, que no paga, desde Marzo.
- ¿¿¿¿¿Como???????
- Pues eso
Pero vamos, que al final, me volví con las mismas y volveré a ir el lunes.

04… y pico PM, no lo sé muy bien - Después de cosas varias, vuelvo a mi casa y me pongo la tele. El volcán ese de la otra vez ha vuelto a producir una nube de cenizas…

¡Su puta madre!


Nota: Tengo que decir, que la persona que me atendió en la oficina para lo de la tarjeta fue de lo más amable que te puedes echar en cara, y que la del banco incluso me recomendó que cambiara más euros de los justos, porque de todas formas las comisiones iban a ser las mismas. Además, el del autobús de esta semana es bien majo, y da los buenos días cuando se entra al bus, no como el de aquella vez y encima esta mañana he podido hacer “la buena obra del día”, como aquél que dice, indicando el camino a un grupo de turistas que iban en el bus. Que todo hay que decirlo.

lunes, 16 de mayo de 2011

Desandar el camino andado

Caminaba calle abajo mientras el viento arremolinaba su cabello, e iba pensando en el ir y venir de los días, que parecía que, a antojo de alguien, se alargaban en los peores y se acortaban en los mejores momentos.

Nunca se había planteado pararse a pensar en lo que hacía día a día, pero hoy, quizás por el levante, visitaban su cabeza pensamientos y sentimientos que no podía dejar de lado.

Iba sola, como casi siempre, y eso le daba aún más oportunidades de pensar. De centrarse en lo que le rondaba la cabeza, de sumergirse en sus pensamientos mientras la gente, los coches… Mientras todo pasaba a su alrededor sin que ella apenas se diera cuenta.

Ya llevaba un rato caminando cuando, aún no sabe bien por qué, levantó la vista y se encontró lejos, muy lejos de su casa, lejos de todo. Y al mirar alrededor comprendió:
Tanto se había enfrascado en sus pensamientos y en sí misma que se había desentendido de todo, absolutamente todo lo que le rodeaba. Y ahora no era capaz de dar media vuelta y desandar el camino. Ya no sabía volver a ser la que había sido antes. Ahora estaba aún más sola y no sabía regresar donde estaban los demás…
Solo le quedaba esperar que alguien se percatara de su ausencia y caminara en su busca para brindarle su ayuda.

Porque ella sola ya no podía.

Se había perdido y no había sendero marcado ni mapa en sus bolsillos con el que poder guiarse

domingo, 8 de mayo de 2011

ASÍ NO, SEÑORES, ASÍ NO.


Hace muy poquito encontré un blog y coincidió que llegué a él en un momento en que se buscaba la respuesta más efectiva a un problema de “robo de propiedad intelectual”.

Estas últimas palabras dichas así, pueden sonar un tanto fuertes, pero no tiene otro nombre, y paso a explicar el problema:

El blog del que os hablo se llama “Los ojos de ella”, y llegué a él a través de su cuenta en Twitter.
La primera entrada con la que me encontré fue ésta, y con la idea de enterarme bien de qué iba todo eso de la encuesta, empecé a mirar entradas anteriores y, entre fotografías que bien se merecen una mención entre estas líneas y que os invito a ver, encontré la explicación a todo el tema.

Os resumiré:

Seguro que os acordáis del terremoto/tsunami que se sufrió en Japón hace no mucho.
Bueno, pues durante este incidente, todos los que pudieron sacaron fotos, hicieron vídeos, publicaron entradas en sus respectivos blogs, twittearon los acontecimientos en directo y en diferido… Nos informaron de primera mano de todo lo que sucedía, y todo, gracias a Internet. Pero claro, ya sabemos, que, al publicar algo en Internet, nos arriesgamos a que pueda llegar cualquiera y hacerlo suyo, y es por eso que en este blog que os digo, TODAS las fotos están registradas bajo una licencia de Creative Commons.

Pero, ¿qué pasa cuando llega una empresa de publicación importante? Pues que se pasa por el moño (por no decir expresiones mucho más malsonantes) al blogero que, día a día o cuando corresponda, informa de primera mano de lo que le rodea.

Y esta empresa ha sido el Diario ABC, y el blog damnificado, el que os vengo comentando desde el principio de la entrada.

Como en muchos otros blogs por aquellas fechas, en este se publicaron imágenes de los desbarajustes que había causado el terremoto en Tokyo, y el Diario ABC, ni corto ni perezoso, decidió publicar en sus páginas fotografías que pertenecían a otro sin mencionar al autor o haber siquiera pedido permiso, es decir, poniéndolas como suyas.

Dicho todo esto, ya tendréis una idea de a donde se quiere llegar.


Esto no puede quedar así.


Tanto que se quejan las “grandes empresas” del robo de la propiedad intelectual y demás historias y, cuando se plantea el momento, son los primeros en llevar a cabo tal delito.

Así que, sin tener que dar más explicaciones, porque creo que en la entrada del blog que os comento viene más que bien explicado, yo, desde mi blog, aunque sea muy humilde y sean pocos los que me leen, me uno a la iniciativa que ha surgido a raíz de este problema y que podéis leer más detalladamente aquí.
Y desde ahora, en uno de los laterales de mi blog, aparecerá el logo de la iniciativa “Sindelicadeza”, que podéis encontrar en la entrada que enlazo al mismo.
Os animo a que os unáis a esta iniciativa, bien sea vía twitter, facebook, blog, menéame o como más os guste, haciendo un link o mencionando la entrada del blog en concreto.

Porque mañana puede pasaros a vosotros si no les paramos los pies.

Y ya lo dice Nikon en el blog “Los ojos de ella”:
<<Somos el pequeño David contra el gigante Goliat... Aunque a día de hoy el pequeño David tiene un portátil con banda ancha, además de Internet en el móvil; tiene facebook, twitter, etc. y conoce a muchos otros pequeños Davides con la ayuda de los cuales puede vencer al gigante Goliat>>.

viernes, 6 de mayo de 2011

El músico y la guitarra

De un tiempo a esta parte, espero todos los días al autobús, que llega, según le viene, a eso de las 10 de la mañana, tarda unos 15 o 20 minutos en llegar al centro y allí me bajo.
Luego, subo a la primera planta de un edificio de oficinas y entro en lo que no es precisamente una oficina al uso, aunque de eso ya hablaré en otro momento si toca.
Normalmente pasan las horas con el sonido de la televisión de fondo mientras nos dedicamos a lo que toque ese día, pero hoy no.
Hoy ha llamado al timbre una clienta y, como siempre se le ha quitado el volumen a la tele para que pase a un cuarto o quinto plano si cabe, pero hoy ya no hemos vuelto a darle voz cuando la clienta se ha ido. Hoy ha quedado callada durante el resto del día porque empezó a oírse música.
En un principio pensé lo típico: “Hay que ver lo alto que lleva el volumen ese coche” Pero  no fue la típica pasada y ya, aquello seguía.
Cuando me paré a escuchar, me di cuenta de que era solo una voz y una guitarra, así que me asomé a la ventana para ver quién cantaba, pero no vi a nadie. La abrí y me dejé caer sobre el marco para ver si llegaba a verle, pero solo conseguí atisbar una esquinita de la funda de la guitarra.
La gente que pasaba por allí se quedaba mirando a quien fuera que tocara la guitarra mientras cantaba como buenamente sabía y creerme, sabía.
Cuando bajé las escaleras del edificio ya hacía rato que había dejado de sonar esa guitarra, así que bajé sabiendo que ya no estaría allí, pero aun así espera ver a aquel hombre con la guitarra a cuestas. La curiosidad por ver quién era aquella persona me podía.
Pero no le vi. Me hubiera gustado ver a la persona que hoy me alegró la mañana. Pero ya no estaba allí.
Una cosa sí queda clara. Mañana me levantaré con más ganas, esperando volver a oírle, aunque tampoco logre ver más que la esquinita de la funda de la guitarra.