domingo, 17 de julio de 2011

Aviones en el cielo

Veo más de veinte aviones al día, así que no es de extrañar que la gente que vive aquí esté más que acostumbrada al ruido de sus motores.


Allí donde vivo (mi tierra, la que siempre será mi casa), cuando pasa un avión, siempre hay un crío mirando al cielo con los ojos muy abiertos o diciéndole adiós con la mano...




Aquí viven tan cerca del aeropuerto y están tan acostumbrados que ni siquiera alzan la vista para ver de qué color es o como de grande se ve. Porque se ven realmente grandes algunas veces, tanto que pareciera que fueran a chocar con los edificios, aunque obviamente vuelan demasiado alto como para que eso ocurra. Se distinguen perfectamente la forma y los colores de los aviones y es impresionante ver a semejante bicharraco mantenerse en el aire.

Yo me los quedo mirando cada vez que los oigo venir. Me recuerdan a cuando mi hermano y yo jugábamos a buscar aviones en el cielo de camino a Sevilla a visitar a mis abuelos... Y en cierto modo me entristezco al pensar que los niños que viven aquí miran más al suelo que al cielo...

Supongo que todo viene dado por las circunstancias... Pero nunca me hubiera imaginado un patio de colegio lleno de niños en el que nadie, ni un solo crío, levanta la cabeza para ver cómo es el avión que vuela sobre sus cabezas... Solo una loca española que no sabe donde se ha metido alza la vista al cielo para ver por dónde viene el siguiente.

4 comentarios:

The Loser dijo...

Me ha gustado mucho este post, me ha parecido precioso.

De todos modos, quizás los niños no se sorprendan al ver un avión pero sí al ver una vaca o un caballo "de verdad", no por la tele. Lo que para algunos es rutina para otros puede ser extraordinario.

¡Un abrazo y no dejes nunca de mirar al cielo!

Una ignorante dijo...

Espero no dejar nunca de hacerlo.

Gracias por pasarte! Abrazos!

Gabriela Pérez dijo...

He venido a para a tu blog no sé como porque en realidad buscaba algo sobre los ciruelos en la web. De cualquier manera me alegra haberlo encontrado, este texto de los aviones me ha hecho sonreír y recordar que es de las pequeñas cosas de la vida y de lo cotidiano que nace la felicidad, la magia de lo especial.

Saludos desde Guatemala :)

Una ignorante dijo...

Hola Gabriela!

Me alegra que vinieras a parar a mi blog, aunque fuera buscando ciruelos(sobre los que por cierto tengo una entrada y quizás sea por eso que te dirigieron a mi blog) ^^ Y pásate siempre que quieras, estás en tu casa... Aunque últimamente mis posts son casi inexistentes por falta de tiempo, de inspiración o lo que se tercie en el momento.

Gracias por invertir unos minutos de tu tiempo en escribir un comentario, no sabes la ilusión que me hace cada vez que veo alguno ^^

Un saludo!!