jueves, 9 de febrero de 2012

Nieve

Como ya sabéis, y los que no lo sepáis, ya os lo cuento yo, nací en el sur de España, y allí es donde he vivido toda mi vida hasta que el 8 de junio de 2011 me monté en un avión y me planté en Londres.

Viviendo al lado de la playa y en un sitio en el que normalmente hace más calor que frío, la nieve, como os imaginaréis, es eso blanco que sale en las películas. Así que cuando me vine para Londres y decidí que me quedaría más que los tres meses que en principio me iba a quedar, una de las cosas que pensé fue: “¡Voy a ver nevar!”















Llegó Noviembre y el frío… Pero no nevó. Diciembre prometía cuando aquella mañana nos levantamos y vimos hielo en el suelo, pero ni con esas.















En navidades me fui a mi tierra pensando: “A la vuelta me encontraré con que está todo nevado” Pero cuando volví, pude ver todo Londres desde el avión, pero ni signo de nieve (el cielo totalmente despejado que me dejaba ver todo Londres desde las alturas ya me daba una pista).

Enero vino y se fue sin rastro de esa cosa blanca que parecía que no iba a dignarse a aparecer, pero cuando parecía que Febrero iba a seguir sin bajarse del burro, empezó a hacer cada vez más frío y la nieve me sorprendió en High Street Kensington el sábado pasado.


Salí de la estación de metro después de media hora metida bajo tierra, y, además de haberse echo de noche, me encontré con la sorpresa de que había empezado a nevar.



Mi primera impresión fue “¿Esto qué es?”, para a renglón seguido pasar por mi mente “¿Qué tienda tiene puesto un cañón de nieve falsa?” Al segundo me dí cuenta: “Otias! Que está nevando!” Del tirón eché mano al móvil y escribí a mi familia, allí en España, en mi tierra, donde nunca nieva, que estaba andando por la calle mientras nevaba. La cosa es que aún no terminaba de creérmelo. Pensé que en un momento pararía, y que se quedaría en una simple anécdota.


 



Me fui a casa ya de recogida, vía metro, y pensando: “para cuando salga del metro ya habrá parado” Pero a la altura de “Barons Court” (que es cuando el Underground deja de hacer honor a su nombre) me dió por asomarme a la ventana y me encontré con que, lejos de parar de nevar, había seguido e incluso se había asentado, con lo que se veía un fino manto blanco en las zonas del andén que no estaban techadas.



 




Cuando por fín llegué a la casa, con los pies helados e intentando no resbalarme en la nieve, abrí la puerta para encontrarme con la niña chica gritando “It’s snowing!!!!!!!!!!!! Finally!!!!!!!!!!!” Llevaba dos meses y medio diciendo que no nevaba por que yo estaba aquí y me había traído “el sol de España” para Londres.

 Ese día me quedé hasta las tantas mirando como una boba por la ventana y haciendo fotos.

 














Incluso hice un intento de muñeco de nieve con lo que llegaba a alcanzar desde la ventana de mi habitación.



Al día siguiente me levanté temprano (a las 6 y media), me duché a toda bulla (creo que batí récords) y me bajé corriendo a echar un vistazo al jardín de la casa, cámara en mano, antes de que las niñas pisaran la nieve y la dejaran toda marcada de huellas.





Acto seguido, desayuné, me planté mis “wellington boots” (las botas de agua de toda la vida) y me fui a la calle, sin haberme despegado aún de la cámara, en dirección a la estación de metro hasta llegar a Hyde Park. Me tiré allí toda la mañana entre nieve y más nieve, con algún que otro muñeco que alguien había estado construyendo.




















 

Llegué a Kensington Gardens y allí di por terminado mi paseo por el parque, así que me fui a la estación de metro más cercana para irme a fotografiar Big Ben, London Eye y lo que se terciara por la zona.



 






















Cuando llegué allí me esperaba la zona con un poco más de nieve, pero se conoce que los turistas no perdonamos, y que las máquinas y palas quita nieve tampoco, así que no quedaba mucho. Hice alguna que otra foto al London Eye y al Big Ben ya que estaba allí y seguí mi camino en dirección a la Abadía de Westminster, rodeando la torre del reloj y Houses of Parliment. Le di toda la vuelta al edificio, y a la espalda del mismo me esperaba un pequeño parquecito que recorría parte de la ribera del río. Era la primera vez que lo veía, y me encantó. Ni un turista por allí (excepto esta que les escribe) y la nieve, aunque pisada, aún se mantenía cubriendo el suelo, no como en la calle.





 

Seguí dando la vuelta, pasando por el puente de Lambeth y llegando, de nuevo, hasta justo enfrente del Big Ben, donde decidí que, ya que me quedaban aún varias horas de luz, me daba aún tiempo a pasarme a ver la zona de la Torre de  Londres, así que metro otra vez y hasta Tower Hill.




De nuevo el mismo tema con la nieve. Ya toda casi derretida por tantas pisadas, pero bueno, aún había algunos vestigios.

Y de allí, a casa, pasando antes por St. Katharine Docks y fin del paseo.
 
 
Para cuando llegué, tenía un dolor de cabeza y un frío que para mí se quedó y me fui directa a dormir aunque eran las 7 de la tarde (será que me estoy acostumbrando al horario inglés?... nah!). Pero a mí que me quiten lo bailao, que se dice. El día tan bueno que pasé, disfrutando de la nieve como una enana compensa el mal cuerpo y el frío con creces.

Ahora miro por la venta y veo en el jardín los restos de la nieve, que aún se resiste a derretirse, pero que ya no durará mucho. Dicen que en lo que queda de mes es muy poco probable que vuelva a nevar, y en marzo ya, lo que tocará será que llegue la primavera. Pero yo he visto la nieve, y aunque no haya sido mucha, la he disfrutado como una cría. Además, a tan solo dos días después de mi cumpleaños, se me antojó como un guiño a esa fecha. Ya sé que fue tan solo coincidencia, pero… ¿Y si no?

Un saludo!

2 comentarios:

Perséfone dijo...

Jejeje coincidencia o no, seguro que fue uno de los mejores regalos que te han hecho ¿a que sí?

Gracias por las fotos, son una pasada.

Me alegra que, por fin, hayas visto la nieve. Ya sabemos todos lo especial que resultan las primeras veces :)

Un abrazo.

Una ignorante dijo...

De los mejores, no se puede negar.

Gracias por pasarte y comentar!