Hay quien gusta de jugar a ser invisible... pero hasta los fantasmas tienen sombra.
Y en tu caso, la sombra era muy larga. Casi tan larga como tu mentira.
Intentaste esconderte, pero te encontré al poco de empezar a buscarte.
Tu sombra te delató.
Corriste como alma que lleva el diablo; escapando de mi, escapando de la verdad, huyendo de las consecuencias que provocaron tus mentiras.
Fui tras de ti. Intenté alcanzarte, pero me di cuenta de que no merecía la pena. Hubiera sido una lucha contínua. Tú escondiéndote y yo buscándote.
Así que te dejé marchar, fijando mi mirada en tu sombra. Porque por mucho que te escondieras, tu sombra siempre te delataría.