lunes, 8 de septiembre de 2014

Pensar

Es entonces cuando llega ese momento en el que me paro a pensar y me doy cuenta de que quizás estaba mejor antes.

Estaba sola, es verdad... Pero nadie me hacía daño.

No tenía quien se preocupara por mi, es verdad... pero tampoco había nadie que me dejara de lado.

No tenía con quién compartir mis alegrías... Pero tampoco quien hiciera oídos sordos a mis penas.

No tenía quien me hiciera compañía... Pero tampoco me sentía sola aún estando acompañada.

No tenía a nadie que me decepcionara, que me mintiera, que me ocultara cosas, que no confiara, que se desentendiera, que no le importara, que pasara, que me ignorara, que me dejara de lado...

Y lo peor de todo es que ahora miro atrás y me doy cuenta de que por entonces no me sentía sola... No como ahora, que aún rodeada de gente, siento que me faltan, que me fallan, que me mienten...

Aún así, doy gracias por poder contar con unos pocos amigos, aunque menoa de los que pensaba... Creí que me hacían falta las dos manos para contarlos... Pero es ahora cuando me.doy cuenta de que con una sola mano, me sobran dedos. Porque algunos me han fallado y no parece que les importe para nada.

La vida me ha enseñado que los amigos vienen con fecja de caducidad... Y parece que algunos ya la han cumplido.

viernes, 25 de julio de 2014

¿Sabes qué pasa?

¿Sabes qué pasa?

Me cuesta confiar en la gente porque tengo miedo.
Miedo a que me hagan daño.
Miedo a querer y que no me quieran.
Miedo a dar más de lo que recibo.
Miedo a implicarme solo yo.
Miedo a terminar acompañada pero sola...
Pero sobre todo, miedo a ilusionarme y que me terminen defraudando...

Porque en la vida he aprendido que las personas llegan, pero no para quedarse; traen consigo una fecha de caducidad... Y cuando esta espira, se van... Y siempre me termino volviendo a quedar sola... y siempre se llevan un trocito de mi que nunca vuelve...

Y yo intento recomponer los pedazos... Pero justo cuando parece que empiezo a sanar, se repite lo mismo y vuelta a empezar.

Por eso tengo miedo a querer a alguien. Porque la vida me ha enseñado que, tarde o temprano, desaparecerá.

martes, 24 de junio de 2014

Caminos y senderos

Tras un tiempo de vagar por caminos marcados, decidió probar suerte abriendo nuevos senderos... Y se dió así cuenta de que todo depende de cada uno... De que no podemos esperar que nadie nos guíe en el camino, porque en ese caso, seguiremos vagando por senderos ya andados sin descubrir lo que realmente aguarda por nosotros entre la maleza.

viernes, 7 de febrero de 2014

Una vieja amiga

La vió allí sentada. Sola. Mirando por la ventanilla del avión. Esperando el despegue. Y aunque no era su asiento, se arriesgó a que le llamaran la atención y se sentó a su lado.
No dijo nada. Solo observó. Y pudo ver cómo una lágrima rodaba por su mejilla mientras el avión despegaba. Y no pudo contener más su curiosidad y al fin preguntó:
-¿De visita?

Ella se sobresaltó. Estaba tan metida en su mundo que no se había dado cuenta de que había alguien sentado a su lado. Ni siquiera notó como le observaba mientras despegaban.
-Sí. A ver a una vieja amiga.

A él le sorprendió el brillo que le pareció percibir en sus ojos al hacer la afirmación. Debía de ser una muy buena amiga.
-La echas de menos, por eso lloras.

Lo había afirmado. No había preguntado. Y no pudo contener la sonrisa al darse cuenta de cómo un total extraño podía comprenderle mejor que ella misma.
-Sí. La echo de menos.

Él había visto esa sonrisa. Fugaz pero luminosa. Como un sol. Y se prometió a si mismo que volvería a verla antes de que el avión aterrizara.
-Debe ser una muy buena amiga.
-Mucho. Me acogió cuando no me quedaba nada. Huía y encontré un hogar en ella.

Las lágrimas acudieron a sus ojos y otra lágrima rodó por su mejilla. Él no quería verla llorar, quería volver a ver aquella sonrisa.
-¿Y como se llama?

-Londres. Se llama Londres.

Y ahí volvió esa luz. Sabedora de que solo quedaban minutos para aterrizar en su segundo hogar. Aquél que le abrió los brazos y curó sus heridas cuando nadie más supo.

miércoles, 1 de enero de 2014

Propósitos de año nuevo

Propósitos de año nuevo:

-No volver a preocuparme por quienes no quieren mi ayuda.
-No hacer mios los problemas de mis amigos.
-No insistir cuando me dicen "estoy bien", aunque sepa perfectamente que no lo están.
-No buscar excusas tontas para salir con tal de despejar a otros y que no se sientan solos.
-No emplear mi tiempo en animar a otros, aún cuando lo necesiten.
-No darle mil y una vueltas a las cosas para buscar una solución que contente a todos.

En resúmen: ser un poco más egoísta en lo que a mi felicidad se refiere.

Pero...

¿A quién quiero engañar?

Si no me preocupara por mi gente, no sería yo.
Si no insistiera hasta resultar pesada con tal de ver una sonrisa en la cara de otros, no sería yo.
Si no preguntara mil y una veces "¿estás bien?" para que sepan que cuentan conmigo, no sería yo.
Si no le diera mil vueltas a las cosas para tratar de contentar a todos, no sería yo.

En resúmen: interesarme por la gente que quiero es lo que me hace ser quien soy.

...

Nuevos propósitos de año nuevo:
-Tachar la lista anterior (hecho)
-Sacar fuerzas de donde no las haya para salir adelante en lo que tenga que venir.
-Afrontar cada día con ilusión y no dejarme vencer por la desidia.
-Guardar los mejores momentos a buen recaudo para poder sacarlos a relucir en los malos.
-Disfrutar al máximo de los momentos que esté con mi gente para que compensen esos en los que no estén.
-Contagiar sonrisas a los demás, por el simple hecho de verlos sonreir también.

En resúmen: seguir siendo yo, pero un poco más feliz.