viernes, 27 de enero de 2012

Evadirme

En el metro con los cascos puestos y la música bien alta, intento evadirme para hacer más corto el camino que me queda por delante, pero aún así los minutos pasan lentos y se hace eterno.

Hay quien lee, hay quien duerme, quien habla con el compañero y quien simplemente mira a través de los cristales. También los hay que, como yo, echan mano de la música para intentar matar el tiempo...

Voy camino de North London, despierta desde las 7 de la mañana y es domingo. En mi móvil suenan Andy&Lucas recordándome a mi tierra... Por la megafonía habla un hombre en un idioma que nunca será el mío.

Hace ya más de medio año que aterricé en esta tierra y desde encontes tengo que comunicarme en un idioma prestado, que es el que entienden aquí, así que la mejor forma que tengo de evadirme es con mi música, la de mi tierra, esa que me recuerda al mar y al sol que siempre han estado ahí desde niña.

Porque aunque Londres me haya enamorado, mi corazón siempre tirará para mi tierra. Esa ciudad en la que me crié y que siempre ha sido y será la mía.

2 comentarios:

Perséfone dijo...

¿Qué tendrá la música que es capaz de provocarnos tantas cosas? A mí me recuerda a los brazos de mamá, capaz de aliviarte en el peor de los casos.

Un abrazo.

Una ignorante dijo...

Qué tendrá?

Gracias por pasarte!