Quisiera
desprenderme del corazón cada vez que me lastimas. Ese corazón idiota que se
enamoró de ti y que, aún hoy, sigue prendado de lo que un día fuiste.
Pero
con cada golpe. Con cada insulto. Con cada desprecio. Con cada encontronazo
muero un poquito más.
Quisiera
poder arrancarme el corazón cada vez que me lastimas, porque así encontraría
las fuerzas para huir. Para irme lejos y olvidar las palizas y las malas
palabras que me dedicas todos y cada uno de los días.
El
único momento de tregua que tengo es cuando, cansado de utilizarme como saco de
boxeo, te sientas en el sofá y te quedas dormido. Pero ni aun así descanso, por
miedo al momento en que despertarás y volverás a la carga.
Tú y tu
borrachera me habéis arruinado la vida. Yo me casé con un hombre que ahora ha
desaparecido. ¿Dónde están esas caricias y esos besos que me enamoraron? ¿Dónde
las palabras bonitas y los momentos juntos?
Quisiera
despegarme el corazón cada vez que me lastimas para que no le hagas más daño. Para
poder guardar en él los recuerdos de lo que un día fue y sentir que, al menos
por un tiempo, fui feliz.
Si tan
solo tuviera fuerzas para dejar atrás el pasado, no me volverías a ver nunca.
Pero aún sigo enamorada del hombre que un día fuiste, e ilusa, mantengo la
esperanza de que algún día vuelvas a serlo.
"A todas aquellas personas que alguna vez se han visto en esta situación.
Situación que no debería de darse nunca"
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